Manos amorosas, manos que sostienen, manos que hablan y acompañan.
A veces no nos damos cuenta los adultos (madre, padre, cuidador, abuela….) que acompañamos a bebés, niños y niñas pequeñ@s lo importante con son nuestras manos que tocan, que cuentan, que brindan información a aquellas personitas que se están construyendo.
Por este motivo quería compartir con ustedes algunos datos para hacer más consciente nuestras prácticas.
Cuando tomamos en brazos a un bebé es importante hacerlo con manos cuidadosas, amorosas pero firmes, seguras, sostener la cabeza y todo el torso entero para que no pierda la seguridad física.
Durante el cuidado las manos son fuente de experiencia para el bebé o niño y niña pequeñ@, por lo tanto deben ser pacientes, cuidadosas.
Los movimientos del adulto con respecto a los bebés, niños y niñas pequeñ@s no es lo único que influye en las reacciones de su cuerpo, los gestos amables y cariñosos del adulto también expresan atención e interés.
Poder ofrecer la mano para pedir o dar y esperar la acción del bebé, niña o niño antes de proseguir a una acción bruscamente, es respetar y confiar en ell@s.
Qué importante es enfocarnos en nuestras propias manos para hacer un uso más consciente de ellas y de lo que le transmitimos al bebé, niño y niña pequeñ@ a través de ellas.
Imagen del libro Bañando al bebé. Asociación Pikler – Lóczy de Hungría